Los límites de tu idoma son los límites de tu mundo.

21 jun 2010

Ventajas y desventajas del trabajo independiente

Cuando digo que soy una profesional independiente y que trabajo desde mi casa, mucha gente me dice “¡qué envidia!” o “¡qué suerte!”… a lo que yo respondo “Claro, pero no es todo color de rosa”.


Ventajas

1. No cumplir un horario. No tengo que estar 8.30 am en un lugar fijo, llueva o truene, puedo salir a cualquier hora si tengo que hacer un mandado o ponerme a jugar con mi hijo (Guille, que tiene 2 años y medio) cuando tengo ganas. La verdad es que en los primeros años de mi hijo esto fue muy importante, porque pude estar con él y disfrutarlo muchísimo. Tampoco tengo que pedir permiso para dormir una siestita si tengo mucho sueño (¡lo cual fue una bendición durante el embarazo!). Los noctámbulos están felices, los mañaneros también. La flexibilidad horaria es punto muy positivo del trabajo autónomo.

2. La comodidad del hogar. Estar en mi sillón, de pijama y pantuflas, si tengo ganas, con una taza de té bien calentito, en especial los días de invierno, es impagable. Tengo una foto en algún lado en la que estoy sentada en el sillón, con la computadora en la falda, y Fernanda tirada en el puff, con las piernas para arriba y unas hojas en la mano. Estábamos corrigiendo una traducción difícil. Trabajamos muchísimo esa tarde, ¡pero realmente la imagen decía lo contrario!

3. No tener tope. En términos económicos, no tener un sueldo fijo significa que en una buena racha se puede ganar mucho más de lo que se esperaba.

4. Vacaciones. Poder tomarme vacaciones cuando quiero, dos días, una semana, un mes realmente es un placer. También puedo trabajar desde mi lugar de vacaciones (aunque no es lo ideal, igual no está nada mal estar trabajando bajo un árbol mientras preparan un asadito), o mientras estoy viajando (¡hay que aprovechar las horas muertas en el aeropuerto!).

5. No aguantar malos humores de jefes o compañeros (aunque mi experiencia en esa área siempre fue buena, sé que hay trabajos que se vuelven insoportables por esos motivos).

Pero, atención, porque algunas de estas mismas ventajas pueden convertirse en un arma de doble filo...

Desventajas

1. No cumplir un horario. No hay hora de irse a casa, no hay fines de semana ni feriados, y esto puede ser muy cansador. Uno tiene que obligarse a dejar la computadora (en especial los que somos obsesivos y adictos al trabajo) para no dejar de lado otras cosas importantes, como la familia y los amigos. Encontrar el equilibrio no siempre es fácil y a veces hay que obligarse a rechazar algunos trabajos para no exigirse demasiado.

2. No tener vacaciones pagas, ni días por enfermedad, ni licencia por maternidad, ni ninguno de los beneficios de un trabajo estándar. Si no trabajo, no cobro, y esto implica organizarse bien económicamente para luego poder tomarse tiempo libre.

3. El aislamiento. Trabajar en casa no deja de ser un poco solitario. A veces extraño las épocas en que trabajaba en el estudio contable, las charlas con mis compañeros, las risas, las bromas. Es raro nunca haberle visto la cara a la mayoría de mis clientes y a veces pasar toda una tarde sin intercambiar una palabra con nadie.

4. No tener un sueldo mínimo asegurado. Al principio de mi carrera, cuando todavía estaba empezando, sentía bastante incertidumbre y a veces ansiedad por no saber cuánto trabajo iba a tener al mes siguiente. Con el tiempo uno aprende que siempre hay rachas y que los promedios finalmente se acomodan, pero esto también implica un poco de organización.

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